Un amigo me dijo una vez que caminar es una caída controlada. Ese día mi vida cambió para siempre...
Dejando las anécdotas pedorras de lado y entrando al más aburrido terreno de las confidencias, les comento que en lo que respecta a caminar, tengo un puñado de temitas un poco apartados de la "normalidad". Creo que este es un buen momento para usar mi sorprendente capacidad de enumeración:
* Mi forma de caminar más usual es bastante similar a la estándar, con la mínima diferencia de que mi mirada está dirigida hacia un punto unos 30 centímetros más adelante de los pies. El hecho de estar vivo y no debajo de las ruedas de un camión o adornando la calle habla de la generosidad de las divinidades.
* Si hay alguna persona caminando delante es inevitable que el ritmo de mis pasos instantáneamente se sincronice con los suyos. Esto esta altamente relacionado con el hecho de ser fácilmente influenciable.
* Siguiendo en la linea de la influenciabilidad, si voy escuchando música la cadencia de los pasos es directamente proporcional al ritmo de la música. Hubo ocasiones en las que me encontré a punto de empezar a correr sin más motivo que la influencia del reproductor de música y un rock rabioso.
* Lo mejor para el final (?): Si veo que me voy a cruzar con alguien que atrae mi atención, ya sea porque es de buen ver o es alguien con quien no me llevo muy bien o lo que sea intento enfocar mi mente en otra cosa para evitar mirar en una forma demasiado obvia o intimidante. El problema es que el 97% de los casos me concentro en caminar. No por nada es un acto reflejo, tratar de controlar completamente los movimientos que se hacen al caminar resulta en un andar desordenado y con altos riesgos de tropiezo; lo que es contraproducente si lo que se busca es no llamar la atención.
Echemos un manto de piedad sobre esto: