Estaban los tres ciegos ante el elefante. Uno de ellos le palpó el rabo y dijo:
-Es una cuerda.
Otro ciego acarició una pata del elefante y opinó:
—Es una columna.
Y el tercer ciego apoyó la mano en el cuerpo del elefante y adivinó:
—Es una pared.
Así estamos: ciegos de nosotros, ciegos del mundo. Desde que nacemos, nos entrenan para no ver más que pedacitos. La cultura del desvinculo prohíbe armar el rompecabezas.
Eduardo Galeano.
2 comentarios:
Se usa la misma historia para cuando se describe a Dios. Una antigüeda'.
¿Dios es un elefante? :P
Y si, hay cosas que son antiguas, pero que no envejecen. La mayoría son vicios.
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