martes, 14 de diciembre de 2010

Acerca de...

     Unas semanas atrás, en un blog cuyo nombre no recuerdo, se publicó un texto refiriendose a Noches Blancas, un cuento de Fiodor Dostoievski (cada traductor tiene su versión del nombre, usemos esta). Sinteticamente se podria decir que es la historia de un hombre un tanto retraido que se enamora de una mujer que está esperando el regreso de su amado. Esa entrada me hizo recordar algunas palabras del prologo (de la version que leí) acerca del "soñador". Cito:

     Fue Aleksándr Pushkin quien bautizó con el nombre de "hombre superfluo" a su Eugenio Oneguin (1833). Desde ese entonces, las letras rusas se poblaron de personajes cultos, ilustrados, amantes de todo "lo bello y lo sublime", como se decia en la época, pero que desde el punto de vista social eran incapaces de llevar adelante reforma alguna y, por añadidura, desde el punto de vista individual eran incapaces de realizarse íntegramente como personas. Una de las variantes que adoptó el tipo literario del "hombre superfluo" está encarnada en la figura del "soñador". El soñador es una persona que vaga libremente en el mundo de sus fantasias y no es capaz de actuar en la tierra. En una carta a su hermano de 1847, Dostoievski formula con precision la "idea" del soñador:
     "¿Te das cuenta? Mientras más vida interna haya en nosotros mismos, más hermoso será nuestro rincón y nuestra vida. Por supuesto es aterradora la disonancia, aterrador el desequilibrio que nos presenta la sociedad. Lo exterior debe estar en equilibrio con lo interior. De otra manera, ante la ausencia de fenómenos exteriores, lo interior adquiere una preeminencia demasiado peligrosa. Los nervios y la fantasía ocupan un lugar demasiado grande en el ser. Todo fenómeno exterior nos parece colosal, por nuestra falta de costumbre, y de alguna manera nos asusta. Uno comienza a tener miedo a la vida".

     No admitir que este fragmento me describe con algun grado de acierto sería como no admitir que colgué la carrera uno años, ante la incerteza del futuro. En el texto habla de un temor a la vida, otros le dijeron miedo al éxito, la verdad es que retomado el estudio, se acerca un período de tiempo que va a definir el resto de mi vida. ¿Ingeniero, con trabajo casi asegurado, aunque con poco tiempo de ocio? ¿Alguien sin título, con un destino más bien incierto? Son dos los caminos, cada uno con sus ventajas y desventajas. Lo cierto es que el tiempo pasa rápido, la hora de decidir está a la vuelta de la esquina, y podría ser la ultima vez que tengo la chance de elegir.
     Estas son las cosas que pasan cuando uno se pierde demasiado tiempo dentro de su "mundo". Por suerte todavia no es demasiado tarde.

13 comentarios:

Mr. Popo dijo...

Tengo la creencia de que enunciando el problema por escrito uno puede observarlo con más claridad, así que esa es la intención primaria del post.
Por otro lado, Mr. Popo está trabajando en su "pequeño" problema de inmadurez.

Hermana de SDU-7 dijo...

Ah, soy soñadora pero no le tengo miedo a la vida. Nada más me aburre y me indigna.

Necesito más vida social o algo así...

Mr. Popo dijo...

Bueno, yo tambien me aburro y mucho. Siendo demasiado generoso conmigo mismo, podria decir que no me gusta el cambio, más bien que tenerle miedo a la vida. Pero las consecuencias son las mismas.
Ah, y ese "puto el que no sueña" me hizo acordar que antes me habia acordado del texto del post

Zoqueta dijo...

No está la opción de estudiar otra cosa y no estar a la deriva en el destino?
Yo colgué una carrera que, aún creo, me definía 100%, sabiendo que el futuro iba a ser más que incierto (además de poco probable)... y floté un poco a la deriva, pero finalmente (dos intentos más tarde) encontré algo que me gusta y que creo, puede salir bien (aunque admito que tengo mucho, muchísimo miedo).
Pienselo bien, siempre, SIEMPRE hay tiempo.

Zoqueta dijo...

Ah y otra cosa, no sé si viene al caso, en mi caso sí es un poco un detalle que me jode pero... no es que colgué una carrera y probé otras teniendo 19 años. El año que viene cumplo 27, y desde que terminé la secundaria, sigo intentando.
Se puede, sí señor.

Mr. Popo dijo...

En realidad no es que no me guste la carrera, sino más bien el campo de aplicacion. Por un lado estan las supermultinacionales que te exprimen el alma, por otro lado el campo de la investigación (que es el que más me atrae), y sino tenes que armarte un negocio propio, y francamente, carezco de la voluntad suficiente para eso.

Y sí pensé que tal vez deberia estudiar otra cosa, pero pasa el tiempo y nada me llama la atencion, ese es el problema.

Admiro tu fuerza de voluntad. Ah, y yo en veinte dias, mas o menos dejo los veinte, y entro en los treinta...

I. dijo...

Primero: Noches Blancas duerme en la mesa ratona del living a la espera que termine tres o cuatro novelas que me han prestado y pedido que devuelva con urgencia.

Segundo: Fuckin' rusos y la vida interna de sus personajes, con toda su psicología plasmada en no menos de 800 páginas. Claro, ¿qué otra cosa ibas a hacer ahí, muriéndote de frío y agobiado por las deudas? Escribir como un condenado -igual los amo a todos, soy muy ñoña como para no amar a los rusos-.

Tercero y aquí viene el quid del asunto: la vida externa me agobia, me marea, se me viene encima con un peso demoledor. El mundillo interno que supimos conseguir es tan frágil todavía -porque a los 27 míos y a los ¿29? tuyos tener un mundo interno sólido es imposible- que tambalea cada dos por tres cuando choca con el exterior. Hace cuatro años terminé periodismo y hace cuatro años dejé en un parate hacer la tesis -sin lo cual no me recibo-. Ok, no es un título habilitante pero igual, el mundo externo me machaca en la cara la inconclusión de la carrera. Hace dos o tres años empecé Filo, no por encontrar una excusa para abandonar la tesis, sino porque realmente me gusta, y mucho. Imaginarás que la manera de ganarse la vida recibida de filósofa no es muy cómoda. Y trabajo en una farmacia, lugar estable al que dentro de poco daré mis aportes jubilatorios en caso, claro, de no morirme dentro de cinco años, o sea, apostando mes a mes a que voy a llegar a vieja. Me gustaría darte un consejo respecto de todo esto, pero lo único que me sale es contarte que me ocurre más o menos lo mismo que a vos, y que sepas CUÁNTO te entiendo, Mr. Lo único que puede tratar de hacerse es llevar las cosas día a día y mover al mundo interno la mayor cantidad de veces que pueda, tratando de armonizar, como dice el prólogo, siempre que se pueda. O bancarse ser el soñador ruso.

Cuarto: las veces que escribí en el anterior punto "interno" fueron corregidas, porque escribía "eterno". Alguien llame a un psiquiatra. Mi mundo interior quiere salirse.

Realmentealpedo dijo...

La verdad es que iba a ponerme a leer este post, pero me envicié jugando a tu tetris, es buenisimo!jajaja

Saludos!

Mr. Popo dijo...

Frestón: La verdad que sí, les gusta(ba) extenderse. Aunque ademas de escribir se dedicaron un montón a la matemática, y bueno, al ajedrez.
Respecto al tercer punto no se qué diablos decir, los puntos de encuentro de nuestras historias son asombrosos. Aunque te digo que intenté meterme en el mundo de la filosofía, pero me terminó aburriendo un poco (no todo). Las "ciencias duras" te estrechan bastante la forma de pensar.

Aprecio mucho tu comentario. De verdad

Mr. Popo dijo...

R.a.p.: Francamente, es lo mejor que podias hacer.
Nos vemos!

I. dijo...

Y no olvidemos la expansión espacial ;)
Este mundo no les alcanzaba, rusos fanáticos.

mandrake el vago dijo...

jajajaja muy bueno!
jajajaja (fdos) genial lo de fresotn y los rusos
jajajaja (tres) fue en el blog de indeescreet que se deliraba con no se qe cosa... (lo d enoches blancas... ahí ;) )
:D :D

Mr. Popo dijo...

Ya me parecia, habia dos o tres en los que pensaba que habia sido, pero no me acordaba.
Si, mucha expansion espacial, pero los rusos todavia estan aca, no?

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