jueves, 31 de mayo de 2012

Desvelo


... Y sin duda, ella no era la única en desvelarse. Estaba segu­ra de que en el mismo momento en que el miedo la des­pertó como si un espectro maligno y vengador llamara a la puerta, miles de hombres y de mujeres se incorporaban en la cama preguntándose si todo estaba bien, si habían hecho lo correcto, si merecían la paz o si esa llamada no anunciaba un castigo por la indignidad de sus actos. 
     Era normal. Se había dicho más de una vez que uno nace solo y muere solo pero vive ensamblado en el mo­delo de otros. Amar, comer, vestirse, trabajar, un armazón que a cierta edad se endurece y sofoca. Cruzado de inte­rrogantes, de resquicios donde se filtran las dudas. Qui­zá. Posiblemente. En otras circunstancias. Miles y miles o millones de insomnes estarían repasando la trama con dedos temblorosos en busca de la oportunidad perdida, de la oportunidad tomada pero falsa, del desgarro en la tela por donde había caído la preciosa certidumbre del bien. Envidió a esos miles y miles o millones que, en Bue­nos Aires, en Bangkok, en Roma, en aldeas y pueblos y ca­seríos, en playas, en montañas, en desiertos, en la miseria, en la mediocridad, en el lujo, en el éxito, buscarían a su modo los miles y miles o millones de consuelos creados por otra multitud. La religión, eterna madre pródiga, la costumbre, legislando desde el pasado, la ira y sus chivos expiatorios. Y el sueño llegaría de distintos caminos co­mo una mano sobre la frente, alisando las preocupacio­nes, trayendo en su caricia el sencillo mandato de volver a la cama y de dormir.

Fragmento de El ojo de la iguana de Vlady Kociancich

martes, 29 de mayo de 2012

The Nature Of Stories

Stories come naturally to us. We can't help it. There are many different worlds, many competing realities within our heads, fueled by books, television, even barely remebered childhood tales. There's an endless supply of fictional concepts more familiar to us than anything or anyone real. We have a far greater connection to the fictional characters we know and love than the random people we pass on the street. Our destinies and inspirations are shaped by lies, myths and fables.

Manuscrito perteneciente a Alan Wake's American Nightmare.

domingo, 27 de mayo de 2012

Portlandia

jueves, 24 de mayo de 2012

¿En Qué Quedamos?

     ¿En qué quedamos entonces? ¿Tuviste que poner abogados para que le hagan una transfusion de sangre porque su religion no se lo permitía, pero cuando una vez hecha esa transfusión empieza a mejorar le agradeces a todos los que formaban parte de la cadena de oración que rezaba por él?



lunes, 21 de mayo de 2012

sábado, 19 de mayo de 2012

A 14 de octubre de 1872


     El contemplador asiste a su vida, no la conduce; es espectador más bien que actor, e intenta com­prender más bien que hacer.
     ¿Es inmoral e ilegítima esta manera de ser? ¿Estamos obliga­dos a la acción? ¿Este desprendimiento es una individualidad res­petable o un pecado que debemos combatir? Siempre he vacila­do en este punto, y he perdido varios años en reproches inefica­ces y en impulsos inútiles. Mi conciencia occidental y penetrada de moralismo cristiano ha sido siempre perseguidora de mi quie­tismo oriental y de mi tendencia búdica. No soy digno de apro­bación a mis ojos, ni he sabido enmendarme. En esto, como en todo lo demás, estoy dividido y perplejo, y he oscilado entre los contrarios, manera especial de guardar el equilibrio, pero que impide toda cristalización. 
     Me fue dado percibir lo absoluto, y no tuve la audacia in­discreta de la individualidad. ¿Con qué derecho haría de un de­fecto un título? No he acertado a ver ninguna necesidad para imponerme a los demás. Sólo tuve la evidencia de mis deficien­cias y de las superioridades ajenas. No es así como nos abrimos camino. Con aptitudes variadas y cierta inteligencia, carecía de la impulsión dominante y del talento imperioso, y siendo capaz, me sentí libre, y libre no he sabido descubrir la perfección. El equilibrio produjo la indecisión, y la indecisión esterilizó todas mis facultades.

Del diario íntimo de Amiel

martes, 15 de mayo de 2012

Idiotic Dream





domingo, 13 de mayo de 2012

Nicolas y Julia

     Abriéndose paso entre grupos de gente llegó a su lado. Vio la sorpresa y la alegría en la cara de Julia.
     –Creí que no te encontraba –dijo Almanza.
     –Por fin llegaste –dijo ella.
     Se demoraron en recíprocas y apresuradas explicaciones.
     –Llamé a la pensión. Me dieron la noticia y me dijeron que estaba invitada a cenar en El Estribo.
     –Te busqué por todas partes.
     –Yo por todas partes busqué esto. –Mostró un paquete, largo y angosto. – No vale nada. Quería traértelo. Ojalá fuera algo mejor.
     Rompió el papel, abrió la caja y sacó un tubo de cartón, con líneas de colores, en espiral.
     –Parece un anteojo de larga vista.
     –Es un caleidoscopio. Quizá te recuerde los vitrales.
     Miró y dijo:
     –No se cansa uno de mirar.
     –Te traje tu valija.
     Mascardi la había llevado al Estribo, pensando que así lo obligaba a pasar por allá. Como Almanza no llegaba, se disponía a llevársela al ómnibus, cuando supo que Julia iba y le dijo: “No pesa mucho. Le va a gustar más que se la lleves vos”.
     Anunciaron la salida para Balcarce, Tandil y Azul.
     –Mejor que subas.
     Obedeció. Golpeando el vidrio, porque no conseguía abrir la ventanilla, empezó a gritarle:
     –Quería decirte...
     Julia se tapaba la cara, para que no la  viera llorar, y le decía algo, que no oyó.

Adolfo Bioy Casares

viernes, 11 de mayo de 2012

jueves, 10 de mayo de 2012

Rainy Mood

     Día de otoño perfecto. Cielo de plomo, salud de hierro, un largo camino de oro que recorrer. Desde el principio el Barba y yo sabiamos que al otro día la cabeza iba a doler, pero es una naderia si se compara con la experiencia.
     Lo que no sabe el Ñato es que aceptaria con gusto un mes de fiebre a cambio de recorrer el camino acompañado...

miércoles, 9 de mayo de 2012

Un Error Común

     Y por lo general, si le erras al cálculo, las cosas terminan saliendo mal.

lunes, 7 de mayo de 2012

La Materia De La Que Estan Hechos Los Sueños... Pedorros

    ¿Cómo empiezo? Hmmm, primero fui testigo de un incidente en el que el Hombre Araña y Superman primero cooperaban para resolverlo, pero despues se desmadró todo y Superman medio como que se calentó y perdió la cordura. Al parecer no era algo interesante de ver, porque enseguida me encuentro caminando por una calle familiar, totalmente indiferente a lo que había pasado.
     En el camino veo que en el suelo hay tirado algo. Qué sería se me escapa, parece algo tecnologico y más bien chico, pero me llama la atención y lo levanto y guardo en un bolsillo. Como una cuadra más adelante veo otro aparato igual, aunque de otro color. Ya lo estaba levantando cuando de la nada (o de una casa) sale un nene y me dice:
     -¿Qué haces? Eso es mio, ¿por qué lo agarras?
     Lo miro, bastante confundido, segun recuerdo, y le devuelvo el coso. Pero enseguida agrega:
     - Eeeehhh!!!! Ese que tenes en el bolsillo tambien es mío!! Damelo. No tenía ni idea de como podía saber el pibe del otro coso que tenía en el bolsillo. Se lo estaba por dar cuando se nota que le cambia la cara, ahora con una sonrisa un poco inquietante. -Espera- me dice- te lo doy pero...

     Y en este punto me desperté. Lo inconluso que quedó el sueño es algo que no tendría que pasar. Es por eso que quisiera agregar a continuación un puñado de los infinitos finales que podría tener esta historia.

* El pibe dice -Espera, te lo doy, pero antes te tengo que decir algo: Veo gente muerta.

* El pibe dice: - Espera, te lo doy, pero... Y me despierto y no recuerdo si soy Chuang Tzu o una mariposa soñando que es Chuang Tzu o, peor todavía, Mister Popo soñando boludeces.

* Me despierto en medio de una caida libre por un precipicio.

* El pibe dice: Te lo doy, pero a cambio el que se va a despertar soy yo.

* Me despierto y encuentro un pastor aleman enorme durmiendo a los pies de mi cama.

* No me despierto.

* Al despertar se me ocurre que tendría que hacer una entrada en mi blog sobre el sueño. ¿Cómo empiezo? Hmmm...

viernes, 4 de mayo de 2012

Piedra de Rosetta Para Descifrar a Mr. Popo

A 20 de septiembre de 1866:
     Mis amigos, los de la vieja guardia, están descontentos de mí. Encuentran que nada hago, que engaño su expectativa y sus esperanzas... Yo también estoy descontento... Lo que interiormente me enorgullecería, es inaccesible para mí, imposible, y me rebajo con insignificancias, con charlatanería y con distracciones. Nunca he tenido gran esperanza; pero oscilo entre la melancolía desolada y el quietismo apacible. Y, sin embargo, leo, hablo, enseño y escribo. Pero no importa; esto lo hago como un sonámbulo. La tendencia búdica embota la facultad de la libre disposición de sí mismo y disuelve la potencia de acción; la desconfianza en sí mismo mata el deseo y por eso caigo siempre en el escepticismo interior. Sólo me gusta lo serio y no puedo tomar a lo serio mis circunstancias ni a mí mismo; denigro a mi persona y hago mofa de ella, lo mismo que de mis aptitudes y de mis aspiraciones. Continuamente estoy compadeciéndome de mí mismo en nombre de lo bello y de lo admirable. En una palabra, llevo en mí un detractor perpetuo de mi persona; lo cual me quita todo impulso.

Del diario intimo de Amiel

jueves, 3 de mayo de 2012

El Pelado Aurete

     Gualcondo Aurete era el hombre más pelado en veinte leguas. No le quedaban más que las orejas. Pero tenía una soberbia que cuando alguno se burlaba de su peladez, él contestaba, sonriendo despreciativo:
     —¿Y a ujtede de qué les vale tener pelo si cuando les crece se lo van a hacer cortar?
     Pero, una ocasión, Gualcondo entró en amo­res con Arminda Orcajo: buena moza, queren­dona y más movediza que cojinillo con horas de galope.
     En el pago la llamaban "La Degollada", porque nunca había tenido cabeza. Cuando se le arrimó a Arminda en un baile, Gualcondo le tuvo, por primera vez, rabia a su pelada. Y se dejó el sombrero. Prefirió pasar por chú­caro a que ella notara que no tenía pelo. Y para peor, palabra va, palabra viene, ella le dijo: —A mí siempre me gustaron loj'hombre castanio claro, tirando a alazane.
     Gualcondo se dio maña para contentarla. Compró un tarro de pintura marrón medio clareta y se pintó la cabeza, dejándose un filete blanco en la mitad, de atrás para adelante, que parecía la raya al medio. Y unos rulos a los costados.
     Nadie se dio cuenta de que el pelo de Gual­condo era pintado.
     Se hizo tan baqueano con el tiempo que aprendió hasta a mover el cuero de la cabeza para que, cuando había viento, los demás cre­yeran que se despeinaba.

De Los Cuentos del Viejo Varela de Wimpi

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