viernes, 18 de noviembre de 2011

Ergo Sum

     Ya cuando se acercó me sorprendió. Es decir, voy con alguna frecuencia a ese lugar, y siempre fue indiferente a mi presencia. Cuando me preguntó con esa sonrisa qué pasó con mis anteojos me dí cuenta: yo existo, no soy una sombra. El que alguien tan superfluo como uno sea recordado por alguien como ella es prueba suficiente.

3 comentarios:

Sil dijo...

Jajajajaja
¿Qué pasa con esa autoestima che? ¿Empezaste con contactos?
Que chusma soy por Dior...

Anónimo dijo...

Si. Esos anteojos te quedaban mal (?

Hermana de SDU-7 dijo...

Ahora vas a ser popular en la prepa.

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