Eudemo dice que una foca se enamoró de un hombre que tenía por costumbre sacar esponjas del fondo del mar y, saliendo de éste, se ayuntó con él hasta un lugar en donde había una caverna rocosa. Según parece, este hombre era el más feo de todos los de su profesión, pero a la foca le parecía el más agraciado de todos. Y no hay que extrañarse de ello, pues muchas veces los hombres se enamoran de los menos hermosos, sin parar mientes en los más agraciados, antes bien, despreciandolos.
Claudio Eliano, Historia de los animales, libro IV, 56
La ultima oración me arrancó lagrimas de alegría :P
2 comentarios:
me hace acordar a fr y lilu la narval bebé
:P :)
A mi, a Waldo y Vanina Escudero :P
Publicar un comentario