ARQUITECTURA
En primer lugar, la interpretación de un rostro, la organización—al parecer siempre la misma— de sus facciones. Pocos elementos: vocabulario restringido, expresión infinita.
El Creador, o esta metáfora de su dedo que denominamos ADN, conocía bien esta ley del arte: que la significación es inversamente proporcional a la cantidad de elementos que se ponen en juego para obtenerlo. Los pintores del minimal art— antes de ellos la máquina genética— lo practicaron hasta el cansancio. El argot, condensación de la fonética y de la tontería, ya tomó en cuenta la definición que aquí aventuramos de la arquitectura cuando aplicó al rostro el nombre de fachada.
El Creador, o esta metáfora de su dedo que denominamos ADN, conocía bien esta ley del arte: que la significación es inversamente proporcional a la cantidad de elementos que se ponen en juego para obtenerlo. Los pintores del minimal art— antes de ellos la máquina genética— lo practicaron hasta el cansancio. El argot, condensación de la fonética y de la tontería, ya tomó en cuenta la definición que aquí aventuramos de la arquitectura cuando aplicó al rostro el nombre de fachada.
ASTRONOMÍA
El hombre pasa muy pronto; el cielo permanece. Apenas hay tiempo para mirar, organizar, leer. Un hombre estudia el cielo sin reposo, compulsivamente, desde su nacimiento y hasta su muerte. Organiza las estrellas, las clasifica, las mide. Al fin renuncia a esta organización y suprime su catálogo.
Entonces comprende que el diseño escrutado durante larguísimo tiempo, el diseño descifrado es precisamente el de su rostro.
Entonces comprende que el diseño escrutado durante larguísimo tiempo, el diseño descifrado es precisamente el de su rostro.
BLANCO
La tela jamás es blanca. Mejor dicho, se vuelve blanca después de haber sido tocada, trabajada, frotada con piedra pómez, sin color, sin rastro de gesto alguno. Entonces aparecen los hilos, sus imbricaciones, su trenzado. La superficie que se va a pintar se orienta, se llena de sentido, de intenciones, de signos: defectos de la construcción, torpeza, tensiones, puntos no programados o no queridos. Llega el momento de unirlos, de reunirlos en un dibujo, constelación vacía, programa ciego.
Una vez visto el trazado, la tela ya es, en efecto, blanca.
Los puntos, ya unidos, hacen que aparezca una firma.
Una vez visto el trazado, la tela ya es, en efecto, blanca.
Los puntos, ya unidos, hacen que aparezca una firma.
BUDISMO
Que todo lo que vive, todo lo nacido o que va a nacer; que todo lo que se mueve, grita, nada, vuela; que todo lo que respira (el gato Caruso, una hoja, tu voz, o el Rojo y naranja sobre fondo rojo de Mark Rothko); que todo lo que salta, roe, corre, trepa, clava, planea o viaja, que todo eso sea muy feliz.
COSMOLOGÍA
El espacio no es indiferente a los cuerpos que al parecer "contiene". El universo, tal como lo escuchamos, sólo parece expansión, sin límites, de un núcleo inicial que estalló.
Pregunta evitable: ¿qué había "antes" del estallido?
Evitable, sí, porque el tiempo y sus molturas, esto es, el espacio, la energía, han sido "irradiados" por la explosión. Ese "antes" es impensable, y sólo se le puede enunciar —concebir— como un "barreado posterior".
Pregunta evitable: ¿qué había "antes" del estallido?
Evitable, sí, porque el tiempo y sus molturas, esto es, el espacio, la energía, han sido "irradiados" por la explosión. Ese "antes" es impensable, y sólo se le puede enunciar —concebir— como un "barreado posterior".
ESCRITURA
Respuesta a una pregunta que se desconoce. O bien, pregunta cuya respuesta se ignora. Pero, ¿quién formula la pregunta —a qué nivel del sujeto, del engaño de su conciencia—, a quién se la plantea?
Dicho en otra forma: ¿cómo y a partir de dónde se interroga a Dios? Y si responde, ¿cómo saber a qué enigma dio respuesta?
Dicho en otra forma: ¿cómo y a partir de dónde se interroga a Dios? Y si responde, ¿cómo saber a qué enigma dio respuesta?
MANDALA
En Oriente: en el origen hay un mapa de ríos y montañas. Luego —el pensamiento es discontinuo y emborrona— vienen ajustes, vinculaciones de geometrías, círculos y cuadrados, para orientar el pensamiento con la mirada.
Llenarlo, como mejor le parezca de divinidades secundarias, de colores deslavados o chillantes.
Llevarlo consigo al exilio.
Desenvolverlo en lo negro.
Hablarle.
Pedirle una sola cosa: que nos preserve de una muerte violenta.
Llenarlo, como mejor le parezca de divinidades secundarias, de colores deslavados o chillantes.
Llevarlo consigo al exilio.
Desenvolverlo en lo negro.
Hablarle.
Pedirle una sola cosa: que nos preserve de una muerte violenta.
SILENCIO
No la ausencia de palabras, de ruidos, de sonidos. Ni se les borra ni se les hace desaparecer. Más bien el espacio que se abre entre ellos, debajo de ellos, en sus rompimientos y fisuras. El espacio tenso de ecos ante el anuncio de la palabra que va a llegar, que corta, que interrumpe, que recorta el flujo sonoro y le da significado. Sin él todo carece de alcance, de sentido.
Silencio inaudible, lame, entre vocales y consonantes.
Silencio inaudible, lame, entre vocales y consonantes.
Silencio estriado, entre las palabras.
Silencio pleno al final del discurso. Como la respuesta del maestro a la pregunta sobre el principio y el fin. Silencio en un jardín, cerca del río. Siguen escuchándolo las gacelas.
SUBVERSIÓN
Aislar el sentido común parece, a fin de cuentas, cosa sencillísima. Lo más difícil es desmontar palabra por palabra, pieza por pieza, el escrutador, el analista de todas esas piezas. Verlo no como unidad definitivamente terminada, compacta, segura, como una mirada fija y ávida de sentido, sino como un haz, como un conjunto a veces mal integrado de causas y efectos.
Doble disolución: de lo que desde el exterior parece lo más "sólido": la lógica, la doxia (la opinión, como en ortodoxia, heterodoxia), el sentido común; y de lo que, en el interior, nos autoriza a "distribuir" el sentido: la unidad del yo y su inevitable secreción, el pensamiento predicativo, tabicante.
Doble disolución: de lo que desde el exterior parece lo más "sólido": la lógica, la doxia (la opinión, como en ortodoxia, heterodoxia), el sentido común; y de lo que, en el interior, nos autoriza a "distribuir" el sentido: la unidad del yo y su inevitable secreción, el pensamiento predicativo, tabicante.
ZEN
La vela lleva su llama —metáfora—; la naturaleza de la cera "lleva" el color de la luz que vacila —metonimia—.
La combustión de la cera alimenta la de la mecha —relación de causa a efecto—.
Kuen : ¿Qué color tiene la llama cuando se apaga la vela?
Severo Sarduy, Antología
3 comentarios:
Arqitectura: carrera burguesa
Astronomía: carrera a la que poquisimos valientes se animan (y todos de niños veian carl sagan)
Blanco: Saruman
budismo:fraude vil (justificacion "espiritual" para gente qe estudia rqitectura
Cosmología: parienta pobre de la astronomia
Escritura: algo qe se desconoce :P
Mandala: idem budismo
Zen: idem mandala
Subversion: cosa de zurditos
MArk Rothko: fucking fraude!
Me acaba de sonar la alarma de pensamiento independiente :P
Antes de publicar esto busque en San Google el cuadro que menciona. No lo encontré, pero si amarillo con verde, celeste con naranja, violeta con marrón...
Entiendo tu punto :P
Yo al budismo le agradezco mi existencia, sin el la historia de la que formo parte no habría existido. Mañana me explayo.
:D
PD: veo un cuadro de rotkho y me acuerdo del capitulo de batman donde cesar romero (el guason) monta una "escuela de arte moderno" XD
Publicar un comentario